Distinguirse en una oficina de farmacia es hoy cada vez más complejo. Es por ello que una de las claves pasa por el branding o el poder de la marca como pieza diferenciadora. Pero ¿cómo construimos el branding o marca para nuestra farmacia?
Empecemos definiendo el término branding. Esta palabra anglosajona que se refiere a una estrategia en la que se construye una marca para identificarla junto a todos los servicios que se ofrecen, y que es en esencia lo que te define. Es decir, se trata de una percepción sobre cómo te ven los demás, qué despiertas en ellos y qué dicen de ti.
Es por ello que no se debe dejar que las cosas ocurran por accidente, sino que deben estructurarse y que conjuguen un qué, un cómo y un por qué para ofrecer experiencias de compra con personalidad y diferenciación frente a la competencia. El branding está conformado por cinco elementos: naming o creación de un nombre; identidad corporativa; posicionamiento; lealtad de marca; y arquitectura de marca.
Para comenzar a trabajar el branding en tu oficina de farmacia debes plantearte si tu farmacia es más de lo mismo, lo que evidenciaría que debes comenzar a trabajar correctamente tu marca. Esto no quiere decir que se rompa con todo lo anterior, sino que se deben mantener los valores inherentes a la vez que se plantean ideas originales. Cuando tu marca esté construida, el branding será el quid puesto que deberá mantenerse acorde con todos los elementos relacionados con la comunicación y el marketing de la oficina de farmacia. Por tanto, el branding será la guía para construir tu marca diferente y de referencia para tus pacientes.
Tras entender que trabajar el branding es indispensable, llega el turno de centrarnos en cuál es la mejor forma de hacerlo y ponerlo en práctica. Redactar un manual de tu farmacia te servirá como herramienta de consulta en este camino para no olvidar el tono de comunicación, la identidad corporativa y la manera en la que ésta se desarrolla. Debemos pensar en tres fases para la elaboración del branding:
- Primera etapa. Analizar el entorno y las necesidades para detectar oportunidades y amenazas (análisis DAFO) y con estas, definir la identidad que queremos lograr y la estrategia a seguir.
- Segunda etapa. Homogeneizar todos los elementos de la farmacia para que proyecten el estilo único de nuestra farmacia: espacio, papelería, personalidad online, comunicación…
- Tercera etapa. Poner en marcha las acciones definidas en la primera etapa: planes de fidelización, formaciones internas, campañas de comunicación…
Y tú, ¿vas a darle al branding de tu oficina de farmacia el protagonismo que se merece?